Eso es como el ego, que dicen por ahí dizque que no muere. Unos se conforman con decir que lo sacó, pero el Maestro Samael en “La Gran Rebelión” dice como podemos someter el ego al cruel destierro. O, como el hijo aborrecido que se va, pero a lo que le da hambre regresa al hotel papá o al hotel mamá.
El ego tiene una parte de conciencia de nosotros y esta constituido por una energía de nosotros. Tenemos que quitarle la energía, la conciencia, y ese cadáver llevarlo a que la Madre Divina lo lleve a los mundos infiernos, que quede convertido en polvareda, porque si se deja ese cadáver, vuelve y se carga de energía y de conciencia, y vuelve y resucita de sus cenizas como el ave fénix. Si el Espíritu Santo tiene el poder de la resurrección, el ego también lo tiene. El Espíritu Santo es un creador en nosotros y el ego es una creación de nosotros. De modo que como eso es energía y conciencia, es peligrosísimo. Ego que se va comprendiendo debe ser desintegrado, de lo contrario no se puede.

