Es mediante la inspiración que la energía transmutada se transforma en siete (7) tipos de hidrógenos (o sustancias) que se van a fijar a cada una de las Iglesias del cuerpo que le corresponde a cada una. Esto lo hacen por el conducto que les corresponde.
Así pues, que luego de pasar por esas oraciones, respiraciones y algunos mantrams como el O A O KAKOF NA KONSA se logra la mutación. (Este mantram es el nombre de la divina Madre Kundali- ni, es otra forma de decirle Madre mía. (Al igual como OMNIS JAUM INTIMO es el nombre del íntimo). Repetimos la clave entonces: Oración, Respiración, Mantrams.
El iniciado, repetimos, debe después de transmutar, ponerse en decúbito dorsal (boca arriba, acostado sobre su espalda); utilizar los mantrams que hemos dicho, además de la respiración y sentir la energía que ha transmutado, que es la misma Divina Madre Kundalini. Inspirarse en esa energía es fundamental si queremos sublimar la energía transmutada y fijarla en las Iglesias, lo cual corresponde para luego solarizar los cuerpos. La inspiración tiene que producirse en el mismo momento, sino el trabajo queda mal hecho.
Con esto logramos que no se produzca el fuego pirestático que menciona el Maestro LAKHSMI, este fuego es producto de una transmutación sin mutación o fijación de la energía en los centros superiores del Ser. Este fuego pirestático, que es involutivo, produce al desenvolverse en la persona, unos estados de inercia, de tristeza, de confusiones terribles. Este fuego pirestático es producto también de la mezcla del fuego sexual con hidrógenos pesados que no sirven para la Gran Obra. Es por esto que el alquimista debe tener pensamientos puros, puros, puros, para no mezclar hidrógenos.
Para el gnóstico despertar el fuego debe tomar en cuenta esto; pues aunque sea casto y no logre la mutación, esto impedirá que despierte el Kundalini. Solo la mutación como la hemos explicado hace que el fuego haga contacto en el tríveni.

